Se relaciona muchas veces al sedentarismo, la obesidad puede también estar asociada a otros factores, como: genética, hábitos alimentarios modernos, estrés y medicamentos.
Se relaciona muchas veces al sedentarismo, la obesidad puede también estar asociada a otros factores, como: genética, hábitos alimentarios modernos, estrés y medicamentos.
Estudios indican que solamente los factores genéticos pueden ser responsables por 80% de la tendencia de desarrollo de la obesidad. Existen estudios que señalan la existencia de genes que regulan el comportamiento del cuerpo en tanto al almacenamiento y liberación de la energía de los alimentos.
El metabolismo, el apetito y la saciedad son regulados por los “genes económicos”, a través de hormonas como la ghrelina, que regula el apetito, es producida por el estómago para crear la sensación de hambre, antes de las comidas.
En los pacientes obesos que intentan perder peso, los niveles ghrelina en el organismo aumentan a medida que el peso es eliminado. Muchos pacientes que no logran seguir las dietas no lo hacen porque el aumento en los niveles de ghrelina resulta en más hambre durante la dieta.
En general los “genes económicos” protegen contra el hambre en tiempos de escasez, permitiendo que los individuos almacenen rápidamente grandes cantidades de energía en forma de grasa. Sin embargo, este rápido almacenamiento origina problemas de obesidad y diabetes en escenarios en que hay abundancia de alimentos.